martes, 8 de diciembre de 2015

Los desafíos siempre crecen. Hay que crecer con ellos



Desde hace relativamente poco Facebook tiene una función por la que te muestra tus publicaciones de ese mismo día en los años anteriores. Muchos suben hoy la foto del árbol de navidad armado, es típico de cada 8 de diciembre. Sin embargo Facebook me muestra que hace un año yo festejaba otra cosa, les cuento.

En los días previos a mi primer (y hasta el momento única) maratón (42km 195m) me diagnosticaron leucemia. Con todas las precauciones médicas y las dificultades propias de algo así, pude correr y completar la competencia. Fue en Buenos Aires en octubre de 2014 y luego de eso no pude correr por unos meses por los efectos propios del tratamiento.

Luego de correr una prueba tan exigente me parecía increíble no poder caminar una hora, si lo hacía estaba 3 o 4 días para recuperarme, por lo que fui haciendo caminatas más cortas y con los días cada vez más intensas.

Cuando sentí que tenía fuerza suficiente fui intercalando trotecitos en la caminata, hasta que pude completar un kilómetro trotando, luego completaba con caminata unos minutos. Paciencia y convencimiento, ya iba a llegar lo demás.

Hoy hace un año, me avisa facebook, yo festejaba públicamente haber completado 5km trotando de principio a fin. 5km a ritmo de 6.20min el km. Imaginemos que para la maratón mi ritmo promedio estaba entre 4.45min/km y 5min/km (sostenidos durante unas 3.30hs) y jamás imaginé festejar que podría correr a 6.20min/km, pero ahí estaba, feliz de poder. Como sea pero poder.

La maratón no salió como planeábamos, en vez de 3.30hs lo completamos en 4.30hs, pero la alegría de cruzar esa llegada lo nublaba todo. La alegría de todos los que me acompañaron desde su lugar, también. Correr 5km no debiera ser demasiada proeza, pero efectivamente poco tiempo después lo era y merecía el pequeño festejo.

Un año después me encuentro organizando un viaje a Villa Ciudad América para correr 21km de montaña en cercanías del dique Los Molinos. Apenas pasó un año y ansío poder completar 21km una vez más, rodeado de amigos y de abrazos alegres.


Es una prueba difícil para cualquiera, pero para mí se transforma en otro tipo de desafío. Llegar y llegar sano, esa es toda la aspiración.

De aquellos 5km a paso de tortuga a estos deseados 21km al paso que se pueda hay una enorme distancia. Aprendí a no menospreciar a nadie, el que puede 5 con sus 5, el que puede 10 con sus 10, la meta es la alegría y el disfrute, no buscamos otra cosa.

Este fin de semana espero correr también por los que no pueden, por los que todavía intercalan algún trote en la caminata, porque sé que con empeño y con dedicación se puede mejorar.

La vida está hecha de experiencias y desafíos que nos hacen mejores personas. Es más fácil quedarse en casa y no arriesgarse. Yo creo que vale la pena, aunque sea para recordarnos que estamos vivos y que vivir es mucho más que sobrevivir.

El Fede
Twitter @magrintorres y @VivirCorriendoR
Facebook VivirCoriendo 

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